Llegaron las vacaciones, se acabó el “cole” y como consecuencia los más pequeños tienen por delante demasiado tiempo libre.
Los padres deben empezar a decidir dónde y con quién dejar a los niños mientras ellos trabajan y los abuelos no siempre están disponibles. Tampoco es fácil mantenerlos ocupados toda una mañana porque a los veinte minutos se empezarán a cansar de ver los dibujos, de jugar con sus muñecos, de darle patadas a un balón y un largo etcétera. Y como si se tratase de una solución, el programa Ferrolaneando decidió poner fin a esta problemática –que más que un problema resultaba un ligero quebradero de cabeza para los titulares de la paternidad– en la medida de lo posible con los campamentos urbanos.
La consellería de Xuventude es la institución encargada de subvencionar estas actividades lúdicas posibilitando la entrada libre a estos campamentos urbanos. Los talleres de ocio se desenvuelven en dos espacios diferentes dependiendo de la franja de edad de los niños. Así, el centro Carvalho Calero es quien desarrolla quehaceres para niños de entre 6 y 12 años y la ludoteca municipal del Cantón se ocupa de los más pequeños de la casa, de entre 3 y 5 años.
En este último recinto se ofertan 45 plazas que en estos primeros quince días ya han tenido un lleno absoluto en cada jornada. Sin necesidad de preinscripción los padres se agolpan ante la antigua biblioteca para dejar a sus hijos en manos de cuatro monitores que serán los encargados de acercar a los pequeños actividades con un variado trasfondo educativo que viene proporcionado por la empresa La GuaGua, dedicada a la educación y ocio linfantil.
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Estarán encantados los padres y los abuelos de dejarlos en vuestras manos, me alegro un montón de que tengaís tantos niños, besitos mágicos